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Tratar de describir a una persona ciega el color de las nubes o transmitir a un sordo la emoción de una pieza de música clásica es algo que requiere algo más que un buen sentido lírico. Relatar la clase de sensaciones transmitidas por la nueva pantalla háptica de Fujitsu no es mucho más fácil, así que te vamos a pedir que hagas un acto de fe y nos creas cuando te digamos que la forma en la que concebimos la interacción con tablets y teléfonos podría cambiar radicalmente si la tecnología del fabricante japonés llega a ser perfeccionada y posteriormente adoptada en masa.

La gran novedad de Fujitsu para el MWC 2014 no ha sido un teléfono, sino un nuevo sistema de respuesta háptica para tablets. Explicándolo de la forma más sencilla posible, la pantalla del prototipo presente en Barcelona genera vibraciones ultrasónicas para crear minúsculas capas de aire a alta presión, localizadas de forma muy definida sobre la superficie para alterar nuestra sensación del tacto. La idea es crear texturas rugosas y suaves aumentando y reduciendo la resistencia al deslizamiento de nuestros dedos, engañándonos para creer que estamos tocando el objeto en pantalla. De esta forma, una capa de aire constante a alta presión repele las yemas de nuestros dedos al tocar el tablet e infiere la sensación de estar acariciando una superficie resbaladiza. Si por el contrario se generan pulsos irregulares de pequeño tamaño, el usuario percibe una sensación que solo podríamos describir como de aspereza o incluso rugosidad.
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Por supuesto, esta "ilusión táctil" no está siempre igual de conseguida, pero te aseguramos que el resultado es sorprendente como nada que hayamos podido ver en esta feria. El prototipo utilizado por Fujitsu para las demostraciones permite experimentar distintas texturas virtuales que simulan la aspereza de la piel de un cocodrilo (probablemente la más lograda, aunque tampoco es que tengamos por costumbre acariciar lagartos gigantes), tocar las cuerdas de un instrumento musical japonés o pinchar discos en una mesa de DJ. El problema reside en que el sistema no posee una precisión absoluta (la sensación háptica se transmite en áreas de unos pocos píxeles, pero imaginamos que no es nada fácil conseguir variaciones de presión muy graduales en superficies tan pequeñas), por lo que al recrear una textura con una rugosidad muy fina, como la necesaria en un minijuego de Fujitsu en el que se invita al usuario a retirar un montón de arena de la pantalla, da la impresión de que los dedos se quedan pegados.

Las mejores sensaciones se consiguen cuando la pantalla intenta imitar una textura con un relieve muy pronunciado o transmitir una sensación de deslizamiento como los controles de volumen y los giradiscos de la mesa de DJ, cuya progresividad es inaudita; no en escasa medida porque realmente hay una capa de aire invisible y casi inapreciable (realmente no se siente una corriente como tal) reduciendo la fricción de nuestros dedos para que se deslicen con suavidad. No cuesta mucho imaginar la clase de mejoras que se podrían conseguir no solo en videojuegos, sino prácticamente en cualquier interfaz táctil con énfasis en el uso de gestos.

Como decíamos, no hay palabras, fotos ni vídeos que puedan ayudarnos a transmitirte la clase de sensaciones brindadas por esta tecnología. Afortunadamente, Fujitsu espera que los primeros productos comerciales en integrarla lleguen al mercado en 2015, así que es posible que no tengas que esperar mucho tiempo para descubrir de qué va todo esto que hemos escrito.
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