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No, el lanzamiento de cuatro nuevos modelos no ha sido suficiente para Samsung. El fabricante coreano ha decidido que hoy era buen día para presentar su Galaxy S5 mini, la versión "pequeña" de su buque insignia con el que sigue la tradición de lanzar un teléfono similar a su modelo referencia bajando ligeramente las especificaciones técnicas. Lo hizo con el SIII, el S4 y ahora con el S5, y en esta ocasión nos topamos con un procesador de cuatro núcleos a 1,4 GHz, 1,5 GB de RAM, 16 GB de almacenamiento, pantalla Super AMOLED de 4,5 pulgadas con 1.280 x 720 píxeles de resolución y cámara principal de 8 megapíxeles.

Al igual que su hermano mayor, este S5 mini cuenta con sensor de ritmo cardíaco con el que poder ampliar nuestra cuantificación a través de S Health, además de el mismo diseño de líneas cuadradas y la carcasa trasera de estilo punteado y el lector de huellas con el que poder desbloquear el terminal. Cuenta también con certificación IP67 con el que aguantar polvo, salpicaduras y alguna que otra inmersión. El resto de especificaciones esconden WiFi 802.11 a/b/g/n, NFC (solo para la versión LTE), Bluetooth 4.0 LE, sensor infrarrojos, ranura para tarjetas microSD (hasta 64 GB), GPS+GLONASS, batería de 2.100 mAh, cámara frontal de 2,1 megapíxeles y Android 4.4.

Bajo la regla, este S5 mini marca 131,1 milímetros de alto, 64,8 milímetros de ancho y 9,1 milímetros de grosor. Su peso es de 120 gramos, y en cuanto al precio y fecha de lanzamiento, Samsung solo ha indicado que en las próximas semanas llegará a Rusia, por lo que tendremos que esperar un poco más hasta poder verlo en otros mercados.

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